martes, 24 de mayo de 2011

El cine 3D, al rescate de los exhibidores españoles

El cine 3D, al rescate de los exhibidores españoles.

Digitalizar una sala de cine cuesta más de 100.000 euros. No obstante, no hay camino alternativo. Las películas en tres dimensiones, que aportan unos márgenes superiores, constituyen una pequeña ayuda.
EXPANSIÓN. 24/05/1011. EDICIÓN DIGITAL.

Las viejas y pesadas bobinas de película de 35 milímetros pronto serán cosa del pasado. Poco a poco, los locales de cine en España van incorporando las nuevas tecnologías, que garantizan una mayor calidad de la imagen y del sonido, además de un transporte mucho menos engorroso.
No obstante, la elevada inversión que se necesita para digitalizar una sala pone en riesgo la supervivencia de los exhibidores, sobre todo, de aquéllos que no cuentan con el apoyo de un gran grupo internacional. El 40,1% de los cines en España, situados en su mayoría en pequeñas localidades, cuenta con una sola sala.
La dificultad de financiar la cara tecnología audiovisual digital, junto a la menor afluencia de espectadores y el impacto de la piratería, está resintiendo las cuentas del sector desde 2004, años antes de la crisis económica. En este periodo, han desaparecido muchas de las salas de cine más tradicionales en España, como el emblemático cine Palacio de la Música, ubicado en la Gran Vía madrileña desde 1924, que bajó su telón para siempre en 2008.
Muchas víctimas
Si en el año 2000 había trece cines en la Gran Vía de Madrid, hoy sólo quedan tres: el Capitol, el Palacio de la Prensa y el de Callao. Muchos se han reconvertido en teatros. Otros, en oficinas.
La misma suerte han corrido en Barcelona el Cine Rex, que, con una sola sala, ocupaba el número 463 de la Gran Vía catalana, y el archipopular Cine París, en el Portal del Ángel, que proyectó su última película en 2007. En Valencia, hace un año que cerraron los Cines Albatros, lugar donde los amantes del séptimo arte podían disfrutar de películas en versión original subtitulada y de cine independiente.
Y, en Bilbao, la crisis se ha llevado por delante, hace sólo una semana, a los cines Capitol, el último superviviente de los clásicos de la ciudad, después de 53 años de andadura. Ahora, el negocio se concentra principalmente en las zonas periféricas de las ciudades, donde instalan sus macrocines los grandes exhibidores internacionales.
Es el caso de Kinépolis en Pozuelo de Alarcón (Madrid) que, con 25 salas, constituye los cines más grandes en España. Le siguen Kinépolis Valencia, Cinesa Parc Vallés de Terrassa (Barcelona) y los Cinesa Las Rozas, en la localidad madrileña de este nombre, con una sala menos.
Según el último censo de salas de cine de que elabora la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), a 1 de abril de 2011, existían en España 763 locales de cine, que sumaban 3.932 salas y 898.950 butacas.
Estas cifras reflejan una significativa reducción del número de exhibidores en los últimos años, hasta niveles de 1998. No obstante, si se compara el volumen de salas y el aforo, hoy existen en España una cantidad similar a la de 2004. Es decir, hoy hay menos cines, pero más grandes.
Con todo, tampoco los centros comerciales se salvan de la crisis. El próximo 31 de mayo, precisamente, se cumplirá un año de la desaparición de los cines ABC Gran Vía de Alicante, ubicados desde 1998 en el centro comercial con el mismo nombre.

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